Empiezo mi periplo por Australia un día como hoy de la primavera austral, que resulta ser mi cumpleaños... Creo que he elegido la mejor manera de celebrarlo, que en mi caso es viajar. Y no a las antípodas, que para España se sitúan en Nueva Zelanda, pero bastante cerca. La primera impresión ha sido mejor de lo esperado, y eso que mis expectativas eran altas (ante todo, actitud positiva). Puntualidad impecable de la aeronave tras un viaje tan largo, maleta intacta en la cinta de equipajes, agentes de aduana simpatiquísimos y control relajado, sin preguntas y sin abrir maletas, y eso que había declarado mercancías "peligrosas" (medicamentos y zapatillas deportivas). En fin, que el trámite aduanero tan famoso por su inflexibilidad se ha quedado en leyenda urbana, al menos por esta vez... Y mi nueva amiga Debra que me ha acogido de tal forma que me siento como en casa. Hoy comienza un nuevo año por el que ya me siento llena de gratitud.
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Mi casita de madera por unos días |
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Panorámica desde el río Yarra |
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