En Darwin, y en otras muchas
zonas del país, el mar está para contemplarlo, pero no para bañarse. Realmente
es una lástima no poder aprovechar las playas, sobre todo con el calor que
hace. Para poder disfrutar de un baño sin riesgo de perecer entre los dientes
de una “killing machine” o los tentáculos de una mortífera medusa (este país
está infestado de criaturas letales) se han habilitado piscinas de agua salada con olas incluidas al lado del
mar, para consolarse…
Hablando de calor, ayer fue el
día más caluroso del mes de diciembre en Darwin en 36 años. ¡¡Qué suerte
tengo!! Como si no hiciera ya suficiente calor normalmente.
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