Banderas aborigen y australiana |
La mermada población aborigen, alrededor del 2% del total, sufre hoy aún las consecuencias de las atrocidades cometidas durante la colonización del continente austral. Quizás sea imposible la reconciliación entre estos dos pueblos. Las historias que he oido durante mi viaje son para poner los pelos de punta. Un ejemplo de los menos duros: es difícil encontrar un aborígen de sangre puramente indígena. Durante muchos años, desde el primer asentamiento del hombre blanco en lo que hoy es Sydney en 1788, y hasta hace bien poco, los hombres violaban a las mujeres aborígenes a su antojo y de ahí la mezcla racial.
Artista aborigen en Darwin |
Los aborígenes eran considerados seres inferiores y se les podía matar sin remordimientos. El siguiente ejemplo es escalofriante: a principios del siglo XX se fabricó un arma de fuego bastante potente y para comprobar su alcance pusieron en fila a 30 aborígenes, hombres, mujeres y niños. Las familias estaban a su alrededor de testigos. Los colocaron con los brazos sobre los hombros de la persona que tenian delante, y dispararon el arma. La bala consiguión atravesar y matar, por supuesto, a 17 aborígenes.
Músico aborigen con tres didgeridoos en Sydney |
El 13 de febrero de 2008, por primera vez en la historia de Australia, el primer ministro laborista Kevin Rudd pidió perdón oficialmente por la "generación robada": 100.000 niños aborígenes fueron arrancados de sus familias, entre 1900 y 1970, para "civilizarlos" y darles una educación cristiana. Ese día colocaron pantallas de televisión por todo el país, en lugares públicos. Me han contado que la gente, aborígenes y no aborígenes, lloraba sin parar, muy emocionados y tristes porque por mucho perdón que se pidiera, el daño ya estaba hecho. Qué historia más trágica la de este país.
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